SANTIAGO - El nuevo informe Financiamiento para la seguridad alimentaria y la nutrición en América Latina y el Caribe, realizado en conjunto por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés) y el Instituto Interamericano de Cooperación pa
Confusión en almacenes, puntos de distribución con miles de personas hambrientas y desesperadas, supermercados con estantes vacíos y refugios abarrotados con baños desbordados. El sordo estruendo de las bombas fue la banda sonora de nuestro día.
En una distribución de alimentos, una mujer me contó que vive con otras nueve familias en un solo apartamento.
La pandemia de COVID-19 representa un desafío enorme para todos los países debido a sus consecuencias en la salud pública y sus efectos socioeconómicos para las familias. Dentro de este contexto, América Latina y el Caribe enfrenta además el desplazamiento más grande en su historia reciente.
Los equipos del Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés) en el Caribe están evaluando los impactos del huracán Beryl que azotó Jamaica el miércoles por la tarde como un peligroso huracán de categoría 4.
El pueblo indígena lenca en el departamento de Intibucá, Honduras, ha enfrentado tanto los efectos crisis climática –se ubican en el Corredor Seco Centroamericano, un área propensa a prolongadas sequías o lluvias excesivas—así como el impacto de la crisis global.
El foro histórico sobre Nutrición, que se celebró el 1 de junio de 2010 en el Campidoglio en el corazón de Roma, es una muestra del compromiso de líderes y expertos mundiales en diferentes disciplinas de unirse para abogar porque la nutrición ocupe el primer lugar de la agenda global con miras a las sesiones del G8 y el G20 que se darán cita en Canadá a finales de este mes.
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