Estas galletas forman parte del primer cargamento del PMA que fue enviado por aire gracias al Gobierno del Ecuador. Otro cargamento va camino a Pisco por tierra.
PISCO.
(22 de agosto de 2007) -Ha pasado una semana desde que un fuerte terremoto de 7.9 en escala de Richter, sacudiera la costa sur del Perú.
“Las mujeres venezolanas somos guerreras, buscamos cómo echar pa’lante”. Escucho esta frase cada vez que hago una entrevista o me siento a conversar con madres, maestras, directoras de escuelas, cocineras.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) instaron a todas las partes del conflicto para que garanticen el acceso urgente e ilimitado al Estado de Unidad, donde según un nuevo estudio de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (IPC, po
El evento reunió a representantes de gobiernos de 20 países de la región, expertos, academicos, agencias del Sistema de las Naciones Unidas, sector privado y otros aliados bajo el tema “Los Programas de Alimentación Escolar y su contribución a la erradicación de la malnutrición en todas sus formas en los niños y niñas de la región”.Este evento es una oportunidad única para que los resp
Actualmente, 690 millones de personas se van a la cama con el estómago vacío. Pero tu donativo puede significar que al menos un niño no padecerá hambre esta noche.
Las comidas escolares proporcionan apoyo social crítico, fomentan la asistencia regular a la escuela y contribuyen a la protección de los niños en situaciones de emergencia.
Responder de manera eficiente a emergencias, salvar vidas en peligro por la hambruna y asegurar que alcancemos el Hambre Cero para el 2030 requerirá del trabajo coordinado de varios socios (ya sean agencias humanitarias, gobiernos u operadores del sector privado), contribuyendo cada uno su experiencia y conocimiento únicos.
Cuando hombres armados irrumpieron en su aldea sudanesa, Aicha Madar, de 50 años, huyó con su hija Fátima y se unió a otros miles que cruzaron la frontera hacia el este de Chad.
“Los grupos armados lo quemaron todo”, dice Aicha, sentada junto a un grupo de refugiados y arrullando a su hija de un año en su regazo.
“Aquí no tenemos nada ya que lo perdimos todo allá”, dice.