Noticias | 24 Septiembre 2015
Los programas de alimentación escolar bien diseñados e implementados sobre la base de una nutrición de origen local tienen un impacto positivo en la nutrición infantil y en la salud, en la asistencia escolar y el aprendizaje, en la productividad e ingresos de los pequeños agricultores, y en la creación de empleo y el desarrollo del sector privado.