“La crisis climática tiene el potencial de abrumar a la humanidad. El mundo no está preparado para un aumento sin precedentes del hambre que veremos si no invertimos en programas que ayuden a las comunidades vulnerables a adaptarse y hacerse resilientes a nuestro clima cambiante”, dijo el Director Ejecutivo del WFP, David Beasley.
Mientras Haití sigue luchando contra una crisis de seguridad, 5,4 millones de personas luchan por alimentarse a sí mismas y a sus familias todos los días, lo que representa una de las proporciones más altas de personas en situación de inseguridad alimentaria aguda en cualquier crisis mundial.
El sur de África se enfrenta a una sequía sin precedentes provocada por El Niño, un fenómeno climático recurrente conocido por su capacidad para exacerbar patrones meteorológicos secos o tormentosos.
Cualquier pérdida de vidas en el servicio humanitario es inaceptable y exijo medidas inmediatas para garantizar la seguridad de los que quedan.
Los trabajadores humanitarios son neutrales y nunca deben ser un objetivo.
Los fondos españoles permitirán al WFP distribuir cada mes raciones de alimentos para los refugiados saharauis, que incluyen cereales, legumbres, aceite vegetal y azúcar.
La inseguridad en Puerto Príncipe y sus alrededores ha ido empeorando drásticamente desde principios de mayo, interrumpiendo las cadenas de suministro en todo el país, el acceso a servicios básicos como mercados, escuelas y hospitales y a los medios de subsistencia de los haitianos.
Extendiendo el apoyo de las comidas escolares más allá de Falcón a los estados Barinas, Trujillo y Yaracuy, el WFP aumentará gradualmente las raciones mensuales de alimentos que distribuye en 1.000 escuelas de educación preescolar y educación especial.
El Programa Mundial de Alimentos se compromete con el resguardo de la privacidad de los individuos que visiten e interactúen en www.wfp.org (los "usuario(s)"), y cumple con la política de privacidad descrita a continuación.
La pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID-19), la interrupción de las cadenas internacionales de suministro y la guerra de Ucrania han perturbado gravemente los mercados de alimentos, combustible y fertilizantes, que están conectados entre sí.