La garantía del derecho humano a una alimentación adecuada constituye un elemento esencial para el desarrollo equitativo de un país. Panamá tiene como compromiso de Estado combatir el hambre y la desnutrición enfrentando los problemas de inseguridad alimentaria y nutricional que afectan principalmente a los que viven en situación de pobreza extrema, a las mujeres embarazadas y lactantes y a los niños y jóvenes de las comunidades indígenas, quienes ven comprometida su capacidad de contribuir a su propio desarrollo y al de su país.