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Un año después del huracán Stan...

Un beneficiario del PMA nos habla sobre su vida un año después del paso del huracán Stan por Guatemala

CIUDAD DE GUATEMALA. (5 de octubre de 2006). Hace exactamente un año, Jaime Velasquez Bautista perdió a su esposa mientras luchaba por salvar a su hija mayor de la furia desatada por el huracán Stan. En solo cuestión de horas Jaime también perdió su casa, sus ahorros, su tierra y el trabajo de toda una vida en las tierras altas de Guatemala.

Jaime es una de las muchas historias que hablan sobre al conmoción dejada por el paso del huracán Stan en el departamento de San Marcos–localizado a 280 kilómetros al oeste de Ciudad de Guatemala—una de las regiones más duramente castigadas por este fenómeno climatológico. En Dolores Providencia, pueblo natal de Jaime, 72 personas murieron y más de 600 quedaron sin hogar.

"Es muy triste perder a un ser querido y parte de todo aquello por lo que trabajaste con tanto esfuerzo. Ha sido muy difícil sobreponerme a los problemas económicos, físicos y morales", dijo Jaime cuando el PMA lo visitó a él y a sus cinco hijos en el refugio temporal, en donde todos comparten una misma cama.

El huracán Stan afectó a más de 1.5 millones de guatemaltecos en 10 de los 22 departamentos del paísPMA Guatemala

El 5 de octubre de 2005, lluvias, derrumbes e inundaciones trajeron destrucción y muerte a la ya de por sí población vulnerable de las montañas de Guatemala, quienes hoy siguen de luto por las pérdidas y devastación causada por el huracán Stan a más de 1.5 millones de guatemaltecos en 10 de los 22 departamentos del país.

Una año después de Stan, su impacto y sus secuelas se han convertido en parte de esa lista de emergencias silenciosas del mundo. De hecho el Programa Mundial de Alimentos necesita US$4 millones para continuar brindando asistencia alimentaria hasta febrero 2007 y asegurar, en especial, la seguridad alimentaria de las familias afectadas para que puedan recuperar sus medios de subsistencia y regresar a trabajar en el campo o construir una nueva casa.

La destrucción y los daños son todavía visibles en partes de las comunidades que luchan por recuperarse y rehacer sus vidas. Actualmente Jaime y sus hijos son parte de las más de 4,500 familias que siguen viviendo en refugio temporales.

Asistencia a 285,000 familias

El PMA ha visitado a Jaime y sus hijos en distintas ocasiones desde octubre de 2005. Durante este período el PMA ha brindado asistencia alimentaria a Jaime, a sus cinco hijos y a más de 285,000 personas vulnerables en 1,500 comunidades en los 10 departamentos más afectados en Guatemala desde el inicio de la emergencia.

Una familia de cinco miembros recibe mensualmente un total de 87 kilogramos de alimentos (60 kg de maíz, 15 kg de una mezcla de soya y maíz, 9 kg de frijoles, 3 kg de aceite vegetal) lo cual suministra las 2,120 kilocalorías mínimas de nutrientes que necesita una persona para desarrollar sus actividades. Jaime señaló que luego de conversar con sus vecinos sobre sus experiencias con Stan, se dieron cuenta que pueden volver a perderlo todo de un momento a otro, pero les quedó claro que la vida debe continuar.

Diferentes trabajos, pero gana lo suficiente para su familia

Doce meses después y a pesar de todos los esfuerzos del Gobierno y otras instituciones, Jaime y su familia siguen viviendo en un refugio temporal. "Estamos viviendo en un refugio aún cuando es pequeño. Estoy agradecido de que al menos tenemos un lugar en donde vivir", dijo nuestro entrevistado. Jaime subrayó que "ha sido difícil criar a mis hijos solo y he tratado de mantenerlos en la escuela". Entretanto él ha logrado hacer diferentes tipos de trabajo para ganar algo de dinero, pero no ha sido suficiente para proveer a su familia.

Muchas instituciones han venido a ayudar a la comunidad para tratar de encontrar una parcela de tierra para la siembra y para construir una nueva casa, pero todavía siguen esperando, manifestó Jaime. "Se nos ha dicho que esperemos y seamos pacientes, pero personas como nosotros, que hemos perdido todo, estamos comenzando a perder esperanza", dijo Jaime parado sobre una roca en el lugar en el que una vez se levantó su vivienda hasta que Stan la arrasó.

Aún así Jaime dista de perder toda esperanza de una solución a su familia ya que él y su comunidad han prometido luchar, trabajar y ayudarse para conseguir lo que quieren. "Seguimos haciendo lo mejor de cada día y espero tener una respuesta pronto para poder reiniciar una nueva vida junto a mis hijos", enfatizó este ciudadano de Dolores Providencia.