Tres millones de sirios necesitan con urgencia ayuda alimentaria, agrícola y ganadera
De esta cifra, cerca de millón y medio de personas necesitan ayuda alimentaria de forma inmediata durante los próximos tres a seis meses, en especial en las áreas más afectadas por el conflicto y el desplazamiento de población. Cerca de un millón de sirios necesitan ayuda agrícola y ganadera como semillas, piensos, combustible y reparación de bombas para el riego. Durante los próximos doce meses será necesario ampliar la ayuda alimentaria y a los medios de subsistencia, ya que la cifra de personas necesitadas de ayuda nutricional se espera llegue a 3 millones.
El dato procede de una misión conjunta de evaluación rápida de seguridad alimentaria realizada en junio de 2012 por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el Ministerio sirio de Agricultura y Reforma Agraria.
El informe final de la misión conjunta indica que el sector agrícola de Siria ha perdido un total de 1 800 millones de dólares EEUU este año como consecuencia de la actual crisis. Aquí se incluyen los daños y pérdidas de los cultivos, la ganadería y los sistemas de riego. Cultivos estratégicos, -como el trigo y la cebada-, se han visto muy afectados, así como cerezos y olivos y la producción de hortalizas.
"Mientras que las implicaciones económicas de estas pérdidas son muy graves, las consecuencias humanitarias son mucho más apremiantes", dijo el Representante del PMA en Siria, Muhannad Hadi. "Los efectos de estas importantes pérdidas los sufren en primer lugar, y de forma más brutal, los más pobres del país. La mayoría de las familias vulnerables que visitó la misión señalaron menos ingresos y más gastos: su vida es más difícil cada día que pasa", aseguró Hadi.
La evaluación informa que hasta tres millones de personas necesitan ayuda en los próximos 12 meses. Se detectó que un elevado porcentaje de población rural de los distritos centro, litoral, oriental, noreste y meridional del país habían perdido total o parcialmente los activos agrícolas y ganaderos que son la base de sus medios de subsistencia y sus actividades comerciales debido a la crisis política y la inseguridad en curso, unida a una prolongada sequía.
Entre los agricultores que necesitan ayuda inmediata -alrededor de un tercio de la población rural-, del 5 al 10 por ciento son hogares encabezados por mujeres.
"Las familias más vulnerables en Siria dependen total o parcialmente de la agricultura y los animales de granja para obtener alimentos e ingresos. Necesitan ayuda de emergencia, como semillas, reparaciones de los sistemas de riego, piensos y sanidad animal", advirtió Abdulla BinYehia, Representante de la FAO en Siria. "Si no se proporciona ayuda en el momento oportuno -añadió-, los medios de vida de estas personas vulnerables podrían sufrir un colapso en unos meses. El invierno se acerca rápidamente y es urgente tomar medidas antes de esa fecha".
Los agricultores se han visto obligados a abandonar la actividad agrícola o a dejar sus cultivos en pie desatendidos debido a la ausencia de mano de obra, la falta de combustible y el aumento de los costos del mismo y la inseguridad, así como cortes de energía que afectan el suministro de agua. La recolección del trigo se ha retrasado en los distritos de Daar'a, Damasco Rural, Homs y Hama. Hay, por tanto, un gran riesgo de perder parte de la cosecha si se producen más retrasos en aportar ayuda a estos campesinos.
La misión de evaluación también encontró que la deforestación va en aumento debido a que los campesinos recurren a los bosques para obtener leña debido a la falta de gas y combustible para cocinar. Algunos canales de riego también se han obstruido y dañado debido a la falta de mano de obra y su inaccesibilidad.
Efectos de largo alcance
Es necesario prestar especial atención a los hogares encabezados por mujeres y los trabajadores migrantes, pequeños campesinos y a los beduinos y pastores. La subsistencia de los trabajadores migrantes en sus lugares de origen se encuentra en grave peligro debido a la falta de oportunidades de empleo y el agotamiento acelerado de sus ingresos. La fuerte caída en las remesas a las familias rurales ha sido también otro golpe para una población ya vulnerable, especialmente en los distritos norte y noreste del país.
En el distrito de Daar'a, que recibe las remesas de cerca de 200 000 trabajadores migrantes, se ha detectado el regreso de casi el 70 por ciento de su fuerza de trabajo. Unas pocas familias señalaron que todavía tienen a sus miembros trabajando en el Líbano, pero fueron incapaces de enviar remesas debido al desempleo existente en aquel país.
Con menos ingresos y pocos a ningún ahorro, altos gastos recurrentes, muchas bocas que alimentar, y un rápido agotamiento de los recursos, estas familias están reduciendo el tamaño y el número de comidas, consumiendo alimentos más baratos de baja calidad, comprando alimentos a crédito, sacando a los niños de la la escuela para que trabajen, vendiendo ganado y otros activos y recortando los gastos médicos y en educación.
Hadi dijo que durante la visita de la misión a Al Hassakeh "incluso la familia más rica en un pueblo informó que tiene reservas de alimentos para tan sólo un mes más".
El PMA puso en marcha una operación de emergencia que se inició en octubre de 2011 para cubrir las necesidades alimentarias de las personas vulnerables afectadas por la situación en Siria. La operación se ha ido ampliando escalonadamente, llegando a 540.000 personas en julio y alcanzando a 850 000 personas este mes. El PMA planea expandir aún más la operación a medida que se permite el acceso a las zonas afectadas por el conflicto. Las operaciones del PMA en Siria se enfrentan a un déficit de financiación de cerca de 62 millones de dólares EEUU, sobre un presupuesto total de 103 millones.
La FAO ha prestado apoyo desde diciembre de 2011 a 9 052 familias de pequeños campesinos y criadores de ganado, lo que representa a cerca de 82 000 personas. La FAO estima que se necesitan ahora alrededor de 38 millones de dólares EEUU de forma inmediata para los próximos seis meses para ayudar a 112 500 familias rurales -unas 900 000 personas- para garantizar la siembra en otoño de cereales y mantener vivo el ganado o reemplazar a los animales perdidos.