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Normalmente vengo a mi hogar en Haití para Navidad – ahora estoy aquí para ayudar después del Huracán Matthew

Normalmente vengo a mi hogar en Haití para Navidad – ahora estoy aquí para ayudar después del Huracán Matthew
Jovanie Philogène, una nacional haitiana que labora en la sede del Programa Mundial de Alimentos en Roma, forma parte del equipo que responde al llamado de ayuda después de que el Huracán Matthew azotara a Haití el mes pasado. Desde entonces, el PMA ha distribuido alimento a casi 400,000 personas. Esta es la historia de Jovanie.

El 4 de octubre, mientras el Huracán Matthew estaba causando estragos en mi país, yo estaba en constante comunicación con mi familia en Puerto Príncipe. Nos mandábamos mensajes de texto todo el tiempo. Ellos me dijeron que fueron al supermercado para estar seguros de que tenían suficiente comida en casa. A pesar de que no se esperaba que el ojo del huracán pasara por la capital, se sabía que podría haber fuertes vientos, árboles caídos y que las comunicaciones quedaran interrumpidas. Fueron momentos de ansiedad.

A su paso por la península sudoeste de Haití, con vientos registrados en 235 km/h, Matthew eventualmente cobró más de 800 vidas, dejó inundaciones y deslizamientos de tierra, casas y carreteras destrozadas, y plantaciones devastadas. De los 2 millones de personas afectadas, 140,000 aún viven en refugios temporales un mes después. Una de las áreas más afectadas fue el pueblo de Jérémie, a más de 200 kilómetros de la capital, donde el 80% de los edificios fueron afectados. Fue ahí que el 7 de octubre el Programa Mundial de Alimentos (PMA) organizó su primera distribución de alimentos de emergencia a los residentes que aún no superaban el golpe.

Yo seguía de cerca el comienzo de la respuesta del PMA desde Roma y sentí el impulso de ir yo misma a Haití y ayudar. Cuando solicité ser considerada para ir – a pesar de que un funcionario internacional no trabaja usualmente en su país de origen – mi jefe me preguntó: “¿Seguro que estás feliz de ir?” Claro que estaba feliz de ir.

Cinco días después, aterricé en Puerto Príncipe. Normalmente viajo a mi hogar una vez al año para pasar una cálida Navidad caribeña con mi familia. Este viaje tenía un significado mucho más fuerte. Era mi sueño de pequeña trabajar con Naciones Unidas. Recuerdo cuando estaba creciendo aquí, y veía el paso de los camiones de Naciones Unidas. Me impresionó la simple idea de que había personas trabajando para ayudar a otros.

Después de estudiar derecho en Canadá, tuve mi primera experiencia con el PMA como pasante en 2006. Luego, me reintegré seis años atrás, primero con la Oficina Legal y después trabajando en relaciones del personal como abogada de recursos humanos. Vengo de un país pequeño, un país beneficiario. No tenemos muchos haitianos trabajando a nivel internacional con Naciones Unidas. Yo quería ser una de ellas, de estar en la misma mesa con las personas que realmente toman las decisiones. Estar aquí ahora, se siente casi como si estuviera completando un ciclo de ayudar a mi país. Y después de trabajar seis meses en la respuesta al ébola el año pasado, no regreso a Haití como una principiante. Siento que realmente puedo contribuir. Al apoyar a la unidad de recursos humanos de la oficina de país en Haití, estamos ayudando al manejo de una oleada de más de 100 funcionarios extra que arriban en la capital para ser enviados a los departamentos más afectados de Grande-Anse y el Sur.

Mis colegas en su gran mayoría provienen de la región de América Latina, pero también de las sedes de África y Asia. Hemos llamado a las personas con la experiencia más sólida en emergencias, algunos que ya habían estado aquí en la respuesta al terremoto en 2010. Hemos tratado también de dar a los funcionarios nacionales de otros países una oportunidad de adquirir experiencia internacional.  

Como las necesidades y los fondos han disminuido en los años que le siguieron a la respuesta masiva al terremoto, el PMA en Haití inicialmente no tenía suficiente personal para responder a esta nueva emergencia. Estamos poniendo en acción antiguos colegas locales que estaban en nuestra base de datos – en su mayoría conductores y funcionarios de logística. Hemos reclutado también monitores de campo de áreas afectadas, donde hemos alcanzado personas que se enfrentan al hambre en pequeñas y aisladas comunidades. Su conocimiento será de mucha ayuda.

Creo que el personal local está feliz de conocer a alguien que viene a ayudar de afuera y – de cierto modo – un rostro familiar. No siempre es tan fácil para ellos. Al ser haitiana, creo que ellos se sienten cómodos rápidamente conmigo. Hablamos en criollo juntos. Se siente bien. Y además tengo esos momentos valiosos que puedo pasar con mi familia. Estoy en casa en todo el sentido de la palabra. Significa tanto para mí estar aquí. 

Así fue relatado a Alexis Masciarelli.

Averigua  más sobre la respuesta a emergencia del PMA aquí.