Níger: El hambre acecha y el PMA intensifica su ayuda
NIAMEY - Los complementos alimenticios fortificados han dado a Mahamadou una oportunidad de luchar y a su madre, Sonia, un sentido de esperanza. Pero, con la temporada de carestía y los alimentos cada vez más escasos día a día, ella está preocupada por lo que pasará con su hijo.
A pesar de este duro clima, la mayoría de los habitantes de esta zona sobreviven con la agricultura de subsistencia. Sin embargo, en la temporada de crecimiento de este año no hubo casi ninguna lluvia y la cosecha ha sido pobre.
La sequía y los altos precios de los alimentos han agudizado la situación de hambre en Níger, empujando a un 44% de todos los niños en las filas de los desnutridos. El PMA está tratando de ayudar con el pre-posicionamiento de los alimentos en previsión a la temporada de carestía.
La lucha contra la desnutrición
En el centro de alimentación suplementaria en Doutchi, donde Sofía recibe una mezcla de cereales y vitaminas llamada CSB, el número de niños desnutridos que necesitan tratamiento se ha elevado a la mitad desde hace un año.
Gianluca Ferrera, portavoz del PMA en Nigeria, dijo que este problema se ha pasado por alto a menudo.
"Antes de 2005, la desnutrición no fue reconocida como una enfermedad [pública en Níger], así que no había ningún tratamiento en el lugar para los niños... solo el tratamiento de enfermedades oportunistas como la malaria y la diarrea, pero no para la desnutrición", dijo.
Principales obstáculos
Agregando a los retos del Níger, grupos armados han secuestrado a trabajadores de ayuda humanitaria, y atacado blancos del gobierno. No obstante, el PMA planea alimentar a 2,4 millones de personas en colaboración con las autoridades locales y las ONG.
Para ello, sin embargo, Ferrera dijo que "necesitamos recursos ahora y los fondos serán utilizados para comprar cereales en la región, que serán entregados en los puntos de distribución".
En Niamey, la capital de Níger, hay comida en los mercados, pero gran parte es de importación. El gobierno está subsidiando la venta de cereales, pero no es suficiente para detener la ola de hambre.
A sólo unos pocos cientos de metros del mercado, está la clínica Madinah que atiende a 42 niños por semana, el doble de lo que era hace un año. Los administradores temen que el número pueda cuadriplicarse en mayo.