La asistencia alimentaria del PMA contribuye al tratamiento exitoso de las personas que viven con VIH
ROMA – Creemos que los alimentos son vida y en este Día Mundial de la Lucha contra el SIDA (1 de diciembre), el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA) celebra el trabajo que realizamos con nuestros socios alrededor del mundo para brindar asistencia alimentaria a más de 1,3 millones de personas que viven y son afectados por el VIH y la tuberculosis en 31 países.
Hay personas como el agricultor Sabelo Simelane en Suazilandia, que después de haber sido diagnosticado con el VIH y desarrollado el Sida en el 2011, empezó a perder peso. Sabelo tenía dificultades para trabajar sus campos y no podía mantener a su familia.
Después de ingresar al hospital, Sabelo fue inscrito en el programa “Alimentos por Prescripción”, que provee alimentos a los pacientes y consejería nutricional, entre otros. La gente que vive con el VIH tiene mayores necesidades nutricionales, y es por ello que cada mes, Sabelo llevaba a casa una bolsa con una mezcla fortificada de soya y maíz. Los participantes del programa también reciben una ración familiar de maíz, legumbres y aceite vegetal para apoyar su seguridad alimentaria. Después de haber alcanzado un peso saludable, Sabelo fue dado de baja del programa y hoy día sostiene a su familia con sus cultivos, que incluyen verduras, y le permiten proveer a su familia con una dieta diversa.
Junto a nuestra visión de un mundo con Hambre Cero, el PMA apoya la visión de ONUSIDA de “Cero infecciones nuevas de VIH, Cero discriminación y Cero muertes relacionadas al Sida”. Estamos además trabajando para integrar el apoyo alimentario y nutricional como parte de un tratamiento integral, paquete de apoyo y atención para el VIH y la tuberculosis.
La asistencia alimentaria y nutricional del PMA es una forma de incentivar a las personas a empezar sus tratamientos y mantenerse en ellos. Esta asistencia reduce los efectos secundarios negativos e incrementa la oportunidad de recuperarse de las personas. Las personas desnutridas que viven con VIH son 2 a 6 veces más propensas a morir cuando comienzan la terapia antirretroviral (TAR) en comparación con aquellos que tienen niveles de nutrición óptimos.
El apoyo de donantes como el Plan de Emergencia del Presidente de los Estados Unidos para el Alivio del Sida (PEPFAR, en inglés), ha marcado una gran diferencia. En el 2011, PEPFAR contribuyó con US$56 millones para un programa de cinco años del PMA en Etiopía. A pesar de que el PMA ha estado asistiendo a la gente viviendo con VIH/Sida en Etiopía desde el 2003, la contribución del PEPFAR habilitó una nueva dimensión: la gente ahora tiene la capacidad de hacer frente a las necesidades alimentarias y nutricionales de sus hogares y enviar a sus hijos a la escuela.
Sin embargo, aún hay muchos obstáculos que superar. Más de 13 millones de las aproximadamente 35 millones de personas que viven con el VIH, tienen ahora acceso a la terapia antirretroviral. No obstante, esto representa solo 37 por ciento de las personas viviendo con VIH. El África Subsahariana sigue siendo la región más afectada, ya que cerca del 70 por ciento de todas las personas con el VIH en el mundo viven en esa zona.
El programa conjunto de ONUSIDA, del cual el PMA es copatrocinador, ha contribuido a una reducción global en el número total de infecciones nuevas de VIH del 38 por ciento entre el 2001 y el 2012, y una disminución en el número de muertes por Sida del 35 por ciento entre el 2005 y el 2012.
A través de una colaboración continua en seguridad alimentaria y nutrición – debemos continuar esforzándonos no solo para mantener el progreso alcanzado para apoyar nuestra visión conjunta de “Cero infecciones nuevas de VIH, Cero discriminación y Cero muertes relacionadas al Sida”, sino también ir más allá de este progreso hasta alcanzar el Hambre Cero como tal.
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