La crisis invisible: el Director Ejecutivo del WFP exhorta al mundo a no dar la espalda a las familias hambrientas en Madagascar
“Conocí a mujeres, niños y niñas que se aferraban a sus vidas, que tenían que caminar horas para llegar a nuestros puntos de distribución de alimentos. Estos fueron los que estaban lo suficientemente sanos para lograrlo”, dijo Beasley, desde un centro de nutrición en la región.
“Ha habido sequías consecutivas en Madagascar que han llevado a las comunidades al borde mismo de la inanición. Las familias están sufriendo y la gente está muriendo de hambre severa. Esto no se debe a la guerra o al conflicto, sino al cambio climático. Esta es una zona del mundo que no ha contribuido en nada al cambio climático, pero ahora, son los que pagan el precio más alto''.
El sur de Madagascar está sufriendo la peor sequía en las últimas cuatro décadas, con más de 1.14 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria. De estas personas, se estima que 14.000 personas ya se encuentran en condiciones catastróficas (CIF Fase 5) y esto se duplicará a 28.000 en octubre.
La gravedad de la situación ha obligado a miles de personas a dejar sus hogares en busca de alimentos, mientras que quienes se quedan han recurrido a medidas extremas para sobrevivir, como buscar alimentos silvestres. Debido a la ubicación remota de las comunidades y la deficiente infraestructura vial, pocas personas han podida acceder a esta zona.
La Desnutrición Aguda Global entre los niños con menos de cinco años en Madagascar casi se ha duplicado en los últimos cuatros meses hasta 16.5%. Entre los más afectados está el distrito de Ambovombe, donde los índices de Desnutrición Aguda Global del 27% advierten que muchos niños enfrentan una situación que hace peligrar sus vidas.
"Esto es suficiente para hacer llorar al trabajador humanitario más aguerrido", dijo Beasley. "Las familias han estado viviendo de frutos rojos de cactus, hojas silvestres y langostas durante meses. No podemos dar la espalda a las personas que viven aquí, mientras que la sequía pone en peligro miles de vidas inocentes. Ahora es el momento de actuar y seguir apoyando al gobierno malgache para contener los efectos del cambio climático y salvar vidas''.
El WFP ha estado trabajando estrechamente con el gobierno malgache y otros colaboradores desde finales del año pasado para abordar el hambre extrema. Sin embargo, a medida que la crisis empeora, esos esfuerzos deben intensificarse. La semana pasada Beasley se reunió con el Primer Ministro y altos funcionarios para identificar soluciones inmediatas y a largo plazo a esta crisis.
El WFP necesita US$78.6 millones para brindar alimentos de emergencia en el próximo periodo de escasez para evitar ante nuestros ojos el desarrollo de una tragedia prevenible.
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