Comunicado conjunto sobre Siria
in embargo, en las últimas semanas se aprecian signos de fuerza, frágiles destellos de esperanza. Caen menos bombas; el acceso humanitario se ha ampliado en algunos lugares; los negociadores de todas las partes se preparan para reunirse y hablar. Como trabajadores humanitarios celebramos el progreso cuando significa cambio real.
Las Naciones Unidas, las ONG y otros socios han aprovechado las nuevas oportunidades para ayudar a personas que no habían tenido nada durante mucho tiempo. A pesar del peligro y la incertidumbre estamos probando nuevos métodos de entrega, y, constantemente, intentamos negociar nuevas maneras de llegar a la población. Mediante asistencia regular y las últimas entregas en ciudades sitiadas hemos llegado a más de seis millones de personas desde principios de 2016.
Sin embargo, hasta que todas las partes del conflicto paren de atacar a civiles, colegios, mercados y hospitales, seguiremos presionando para que cumplan sus obligaciones y rindan cuentas. En los controles fronterizos se continúan retirando suministros y equipamiento médico: esto es inaceptable.
Hasta que las partes del conflicto faciliten un acceso seguro y sin obstáculos para todo el mundo, nosotros seguiremos intentando llegar hasta la población civil por todos los medios posibles, aunque suponga un reto. Ahora somos capaces de ayudar a más gente en las zonas sitiadas: pero solo llegamos a uno de cada diez sirios que viven en estas zonas y necesitan ayuda y protección de manera urgente.
Aunque estamos empezando a llevar suministros básicos a las comunidades que han estado aisladas durante meses o años, esto no es suficiente. Por ejemplo, estamos muy preocupados por la situación en el norte rural de Homs y en Alepo, donde casi 500.000 personas están atrapadas tras frentes activos. Dos millones de personas viven en áreas controladas por ISIL.
Nosotros y nuestros socios estamos listos para prestar asistencia. Las Naciones Unidas siguen trabajando para negociar el acceso con todas las partes y para prestar asistencia a las personas que vivan en zonas de difícil acceso, incluyendo los lugares sitiados a los que aún no se ha podido llegar.
Nadie quiere que el 15 de marzo empiece el sexto año del conflicto. Los jóvenes de Siria necesitan tener esperanza y creer que su futuro reside en su tierra natal. Que tendrán educación, sanidad, casa y trabajo. Que la vida es algo más que miedo, violencia y hambre.
Usamos nuestra voz colectiva para hacer un llamamiento a todas las partes, locales e internacionales, para que este aniversario sea el último y para que las reuniones políticas traigan una paz real y terminen con el sufrimiento en Siria.
Nueva York/Ginebra/Roma/Amán, 11 de marzo de 2016
Firman:
Stephen O’Brien, Coordinador de Ayuda de Emergencia, Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios
Ertharin Cousin, Directora Ejecutiva, Programa Mundial de Alimentos
Anthony Lake, Director Ejecutivo, Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia
Filippo Grandi, Alto Comisionado para los Refugiados
Dra. Margaret Chan, Directora General, Organización Mundial de la Salud
William Lacy Swing, Director General, Organización Internacional para las Migraciones
Pierre Krähenbühl, Comisionado General, Agencia de Naciones Unidas para los refugiados de Palestina
Helen Clark, Administradora, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
Samuel Worthington, Consejero Delegado, InterAction
Leila Zerrougui, Representante Especial del Secretario General para la cuestión de los niños y los conflictos armados
Zainab Hawa Bangura, Representante Especial del Secretario General sobre la violencia sexual en los conflictos