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Zonas de desastre, ciudades sitiadas, aldeas remotas afectadas por la hambruna: alimentar a los hambrientos del mundo significa lidiar con entornos en extremo desafiantes, trabajar con infraestructura deficiente o inexistente, y pensar creativamente para superar obstáculos aparentemente insuperables.

En cualquier día, el Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés) coordina un promedio de 5.600 camiones, 50 envíos marítimos, 92 aviones y una red de 650 depósitos para brindar asistencia a las personas que viven en los rincones más inseguros e inaccesibles del mundo.

La experiencia del WFP y su presencia en los países socios le permiten entender la dinámica de la economía local, tratar con la burocracia, y encontrar soluciones apropiadas para cada contexto y lo suficientemente ágiles como para adaptarse a las circunstancias cambiantes

En la medida de lo posible, el WFP trabaja con el sectores privado y público locales, fortaleciéndolos en lugar de competir con ellos. Este principio está tan arraigado que lo aplicamos incluso en las circunstancias más extremas.

Al comienzo de la crisis en Siria, muy pocas empresas de logística estaban dispuestas a trabajar en todo el país y muchas se fueron a lugares más seguros. El WFP unió fuerzas con aquellas empresas que estaban dispuestas a permanecer y, en el proceso, no solo desarrollaron su capacidad sino que alentaron a otros a regresar al mercado.

Como resultado, el WFP ahora puede confiar en 11 socios de transporte locales para sus operaciones dentro de Siria. El WFP sigue utilizando la fuerza de trabajo local y la capacidad de almacenamiento para el ensamblaje de las raciones de paquetes. Estas acciones desencadenaron un efecto dominó positivo en el empleo, generaron confianza y respaldaron las economías afectadas por el shock.

En ocasiones, los tiempos de desesperación precisan de medidas innovadoras. Durante el asedio a la ciudad de Deir Ezzor, en el este de Siria, en abril de 2016, utilizamos paracaídas a gran altitud para hacer lanzamientos de precisión con paletas cargadas de alimentos. Así logramos brindar asistencia en un área en donde los aviones corrían el riesgo de ser derribados. Los alimentos fueron recogidos y distribuidos por el socio del WFP en el terreno, la Media Luna Roja Árabe Siria.

Las asociaciones, con gobiernos, ONGs o el sector privado, son una parte importante de la capacidad del WFP para cumplir de manera efectiva y eficiente. A cambio, el WFP presta su bien desarrollada y ampliamente reconocida red de logística, experiencia y conocimientos a otros actores humanitarios.

El WFP también lidera el Clúster de Logística, una estructura que garantiza la coordinación logística, la gestión de la información y la facilitación de servicios logísticos compartidos, como el almacenamiento y el transporte. El clúster fue activado para responder al terremoto de Pakistán en 2005, y desde entonces ha apoyado a más de 50 operaciones de emergencia, entre ellas en África occidental (crisis del ébola), Nepal, Yemen y Ucrania.