En 2020, la pandemia de la COVID-19 interrumpió gravemente los servicios de las escuelas y la educación en todo el mundo. En consecuencia, millones de niños y niñas no pudieron recibir sus comidas escolares ni beneficiarse de los servicios de salud y nutrición en las escuelas, como la desparasitación, la vacunación y el apoyo psicosocial.
A pesar de los esfuerzos por priorizar las compras de alimentos de productores locales, WFP está preocupado de que sus reservas de alimentos corran el riesgo de agotarse para finales de abril. WFP solo tiene suficiente comida en el país para alimentar a 175,000 personas durante un mes.
Después de semanas de coordinación con todas las partes, este primer paso crucial podría allanar el camino para un corredor de ayuda más sostenible a través de Jordania y permitir la entrega de más ayuda a escala.
La situación de la seguridad sigue siendo muy precaria. WFP está considerando lugares en los que el acceso humanitario esté asegurado así como todo lo relacionado con la seguridad, la capacidad y el acceso.
A medida que el conflicto se intensifica, los civiles, incluidos los niños y las familias vulnerables, enfrentan desafíos cada vez mayores para acceder a suministros alimentarios esenciales, con redes de distribución de alimentos interrumpidas y producción de alimentos gravemente obstaculizada por las hostilidades.
WFP insta a un acceso humanitario seguro y sin obstáculos a las zonas afectadas,
Según la Encuesta sobre seguridad alimentaria y medios de vida en el Caribe 2023, el 98 % de los encuestados informó sobre altos precios de los alimentos en los tres meses anteriores a la encuesta, el nivel más alto reportado desde la primera encuesta en 2020.
En una región altamente vulnerable a los efectos del cambio climático, la encuesta reveló que el 42 % de los hogares fueron afecta