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Agricultoras mejoran su producción con frijoles rojos biofortificados

Además de aprender a manejar sus parcelas y producción, las agricultoras acceden a nuevos mercados.
, Sabrina Quezada Ardila
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Cándida Pérez muestra los frijoles rojos biofortificados que acaba de cosechar en parcela. WFP/Sabrina Quezada Ardila

San Ramón, Matagalpa — "Me siento alegre porque vamos a tener una buena producción y si tenemos una buena producción es porque hemos ido aprendiendo cómo cuidar nuestra parcela. Aprendimos a cultivar con menos químicos y ahora sabemos cuánto producimos y a cuánto podemos vender", afirma la agricultora Cándida Pérez, de 60 años, originaria de la zona seca del norte de Nicaragua.

Pérez está cultivando una nueva variedad de frijoles biofortificados que aportan más nutrientes a quienes los consumen. También siembra maíz en su parcela familiar gracias a las oportunidades que le brinda estar organizada en la Cooperativa Multifuncional 27 de Junio "Paz y Reconciliación" (COMPARE).

En el video doña Cándida comparte su experiencia de vida. WFP/Sabrina Quezada Ardila

A través del programa "Respuesta al Fenómeno El Niño en el Corredor Seco de Centroamérica", financiado por la Unión Europea, el Programa Mundial de Alimentos (WFP) impulsó una serie de acciones dirigidas a fortalecer a las organizaciones de pequeños agricultores para mejorar la calidad y la cantidad de producción granos básicos.

Uno de los objetivos es que agricultoras y agricultores accedan a nuevos merados que les garanticen mejores precios por la producción agrícola.

Las mujeres en el centro

La participación de las agricultoras en talleres de capacitación y formación, incluyendo educación financiera, género, prácticas productivas amigables con el medio ambiente, técnicas de negociación y comercialización han mejorado sus capacidades y los resultados de su actividad productiva.

Para WFP la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres son parte de las actividades prioritarias dentro de los programas que se desarrollan en Nicaragua como parte de la Política de Género y del Programa de Transformación de Género.

"Yo siento que he aprendido y lo que quiero es que otras mujeres también aprendan. Esa es nuestra lucha".

"Yo siento que he aprendido y lo que quiero es que otras mujeres también aprendan. Esa es nuestra lucha", expresó doña Pérez al participar en un encuentro de productoras y productores organizados promovido con la intención de compartir experiencias y aprovechar las buenas prácticas de las diversas organizaciones.

Sacando cuentas

"Las mujeres antes decíamos: ‘Voy a sembrar para garantizar que el plato de comida no les falte a los niños'. Pero hemos ido superándonos con las capacitaciones y por eso ahora decimos: ‘Quiero vender a mejor precio mi producción porque no es justo venderla barato'", afirma Pérez.

Hasta hace unos meses, esta agricultora no tenía conocimiento sobre cómo "sacar las cuentas" de lo que invertía en la siembra. "Las mujeres sabemos muy bien el manejo diario del maíz y de los frijoles dentro de la cocina, porque es la alimentación básica del campesino. Pero sembramos sin sacar cuentas y después vendemos y nos quedamos sin saber si ganamos o perdimos".

Los nuevos conocimientos le han permitido llevar el control de sus inversiones y de los resultados de sus cosechas; también están participando en ruedas de negocios en donde las y los agricultores mercadean con los comerciantes los granos que producen en busca de obtener mayores precios en base a la calidad que obtienen de sus cosechas.

WFP les compra su producción de maíz y frijoles

Uno de los logros de algunas organizaciones es que sus socios y socias ya alcanzaron en su producción la calidad que demanda WFP para los granos básicos que compra para los programas de asistencia alimentaria.

De esta manera, maíz y frijoles producidos en estas parcelas los compra WFP y llegan a los niños y niñas en sus meriendas calientes en sus escuelas, como parte del Programa Integral de Nutrición Escolar del Ministerio de Educación que es apoyado técnica y financieramente por WFP.

El precio de venta, por supuesto, es mucho mejor que los valores que les pagan a agricultoras y agricultores los comerciantes que prefieren comprarles la producción en las parcelas sin procesamiento y valor agregado, para bajar los precios.

Gracias al apoyo de la Unión Europea, el Programa Mundial de Alimentos (WFP) trabaja para construir resiliencia y asegurar los medios de vida de familias nicaragüenses a lo largo del Corredor Seco.

Conoce más sobre el proyecto "Respuesta al Fenómeno El Niño — PRO ACT"