Declaración de los máximos responsables del Comité Permanente entre Organismos: La población civil gazatí corre un peligro extremo mientras el mundo observa
NUEVA YORK/GINEBRA/ROMA – En los menos de cinco meses transcurridos desde los brutales ataques del 7 de octubre y tras la consiguiente intensificación del conflicto, decenas de miles de palestinos —en su mayoría, mujeres y niños— han sido asesinados o han resultado heridos en la Franja de Gaza. Más de tres cuartas partes de la población se ha visto obligada a abandonar sus hogares, en muchos casos varias veces, y padece la grave escasez de los servicios y necesidades básicas para sobrevivir: alimentos, agua, saneamiento y atención de salud.
El sistema de salud se sigue debilitando progresivamente, con consecuencias catastróficas. A 19 de febrero, solamente seguían en funcionamiento, parcialmente, 12 de los 36 hospitales con capacidad de hospitalización. Desde el 7 de octubre se han producido más de 370 ataques contra la atención de salud en la zona.
Las enfermedades proliferan. La hambruna acecha. El agua escasea. Las infraestructuras básicas están diezmadas. La producción de alimentos se ha paralizado. Los hospitales se han convertido en campos de batalla. Un millón de niños sufren a diario el trauma que causa esta dramática situación.
Rafah, el lugar de destino de más de un millón de personas desplazadas, hambrientas y traumatizadas que se hacinan en una pequeña porción de tierra, se ha convertido en otro campo de batalla de este brutal conflicto. Si se produjera una nueva escalada de violencia en esta zona densamente poblada, se causaría un ingente número de víctimas y se asestaría un golpe mortal a una ayuda humanitaria que actualmente ya está bajo mínimos.
No hay ningún lugar seguro en Gaza.
Los trabajadores humanitarios, que se encuentran también desplazados y sometidos a bombardeos, muertes, restricciones de circulación y la quiebra del orden público, siguen esforzándose por atender a los necesitados. Sin embargo, poco pueden hacer ante las restricciones de seguridad y circulación y ante tantos otros obstáculos.
No hay respuesta humanitaria que pueda compensar los meses de privaciones que han sufrido las familias de Gaza. Con la presente declaración pretendemos que, gracias a las actividades humanitarias, se nos permita proporcionar al menos lo más básico: medicamentos, agua potable, alimentos y cobijo, ahora que las temperaturas caen en picado.
Y para ello es necesario:
- El alto el fuego inmediato.
- Protección para la población civil y las infraestructuras que necesita.
- La liberación inmediata de los rehenes.
- Puntos de entrada fiables que nos permitan hacer llegar la ayuda desde todos los cruces posibles, incluso al norte de Gaza.
- Garantías de seguridad y de tránsito sin trabas para distribuir la ayuda por toda Gaza a gran escala, sin denegaciones, retrasos ni bloqueos al acceso.
- Un sistema de notificación humanitaria que funcione y que permita el desplazamiento en Gaza de todo el personal humanitario, el transporte de los suministros humanitarios y la entrega de la ayuda en condiciones de seguridad.
- Carreteras transitables y barrios libres de artefactos explosivos.
- Una red de comunicaciones estable para que el personal humanitario se desplace sin correr peligro y en condiciones de seguridad.
- Recursos para que el UNRWA[1], eje central de las operaciones humanitarias en Gaza, preste una asistencia que es vital.
- El fin de las campañas que tratan de desacreditar a las Naciones Unidas y a las organizaciones no gubernamentales que hacen todo lo posible por salvar vidas.
Las organizaciones humanitarias mantienen su compromiso a pesar de los riesgos que corren, pero no están dispuestas, sin más, a recoger los pedazos de la catástrofe.
Pedimos a Israel que cumpla con sus obligaciones legales, en virtud del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos, de proporcionar alimentos y material médico y de facilitar las operaciones de ayuda, y a los dirigentes de todo el mundo que impidan que se produzca una catástrofe de mayores proporciones.
Firmantes:
- Sr. Martin Griffiths, Coordinador del Socorro de Emergencia y Secretario General Adjunto de Asuntos Humanitarios (OCHA)
- Sra. Sofia Sprechmann Sineiro, Secretaria General de CARE International
- Dr. Qu Dongyu, Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)
- Sra. Jane Backhurst, Presidenta del ICVA (Christian Aid)
- Sr. Jamie Munn, Director Ejecutivo del International Council of Voluntary Agencies (ICVA)
- Sr. Tom Hart, Director Ejecutivo y Presidente de InterAction
- Sra. Amy E. Pope, Directora General de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM)
- Sra. Tjada D'Oyen McKenna, Directora Ejecutiva de Mercy Corps
- Sr. Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH)
- Sra. Janti Soeripto, Presidenta y Directora Ejecutiva de Save the Children
- Sra. Paula Gaviria Betancur, Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre los derechos humanos de los desplazados internos
- Sr. Achim Steiner, Administrador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)
- Dra. Natalia Kanem, Directora Ejecutiva del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA)
- Sr. Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR)
- Sr. Michal Mlynár, Director Ejecutivo interino del Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat)
- Sra. Catherine Russell, Directora Ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF)
- Sra. Sima Bahous, Secretaria General Adjunta y Directora Ejecutiva de ONU-Mujeres
- Sra. Cindy McCain, Directora Ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos (WFP)
- Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS)
[1] El Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (UNRWA) apoya plenamente la presente declaración.
