“Mantente enfocada en las soluciones, no en los problemas”
Cuando no está apoyando a una operación de emergencia, Chiara se mantiene en "modo de espera" todo el año, siempre lista para acudir a donde se la necesite.
Mientras está en "modo de espera", Chiara es oficial de programas en la Oficina Regional para América Latina y el Caribe del Programa Mundial de Alimentos (WFP) en Panamá. Apoya a las 11 oficinas de país en las que WFP tiene operaciones para diseñar y ejecutar proyectos destinados a fortalecer las capacidades de los países para la preparación y respuesta ante emergencias. También brinda asesoría sobre las mejores opciones y modalidades de asistencia tras un desastre.
Con motivo del Día Mundial Humanitario, hicimos a Chiara cuatro preguntas sobre qué significa para ella ser una trabajadora humanitaria.
1. ¿Cuál ha sido tu momento más dificil trabajando para WFP?
"Estuve en Dominica una semana después del huracán María, un huracán de categoría 5 que azotó el país en septiembre de 2017 y causó una gran devastación. En ese contexto, donde se puede ver la destrucción y sentir la afectación en la gente, la parte más difícil es mantener la empatía humana a la vez que se trata de superar los retos logísticos y las limitaciones contextuales.
Después de un desastre, todos necesitan apoyo y puedes sentir cuán inmediatas son esas necesidades, sin embargo los daños a la infraestructura y otros factores pueden retrasar la asistencia humanitaria. Aunque la empatía humana puede llevar a la frustración, es crucial mantenerse enfocado en las soluciones en lugar de en los problemas.
2. ¿Cuál ha sido tu momento de mayor orgullo trabajando para WFP?
Estábamos en Marigot, Dominica, reuniéndonos con los miembros de la comunidad que habían participado de una evaluación de sus vulnerabilidades y necesidades, un proceso que precedió al programa de transferencia de efectivo en emergencias, que implementó el gobierno conjuntamente con el apoyo de WFP y UNICEF.
Una de las participante — una mujer pequeña y fuerte, quien había perdido a su marido unos días antes en el huracán — se acercó a mí y me dijo: "Gracias por estar aquí. Aquí todos estamos afectados; hemos perdido nuestras casas y nuestros trabajos, pero somos una gran familia y estamos felices de ayudar y asegurarnos de que los más vulnerables de nuestra comunidad reciban apoyo para obtener alimentos, agua, medicinas y todo lo que necesitan".
Salí de Dominica unas semanas más tarde y cuando volví a Panamá, recibí una foto de uno de los beneficiarios de esa misma comunidad. Invirtió parte del dinero que recibió del programa de transferencias de efectivo en su propio huerto: ¡su evidencia era un gran manojo de zanahorias en sus manos! La asistencia le había permitido crear una pequeña fuente de ingresos y cuidar a sus padres.
Me sentí orgullosa: habíamos cumplido las expectativas de aquella mujer pequeña y fuerte. Eso es lo que hace WFP: unir esfuerzos con las comunidades para llegar a los más vulnerables y cambiar sus vidas.
3. ¿Cómo se siente tu familia con respecto a tu rol en WFP?
Aunque mi trabajo implica estar lejos de mi familia, ellos están muy orgullosos y comparten mi pasión por lo que hago. Mis seres queridos me han enseñado que debemos estar agradecidos por lo que tenemos, no apegarnos a las cosas materiales y ayudar a aquellos que lo necesitan.
4. ¿Qué te inspira a continuar trabajando para WFP?
Soy consciente de que formo parte parte de un equipo grande y dinámico que nunca deja de buscar formas mejoradas e innovadoras de ayudar a aquellos que son menos afortunados.
También me inspira recordar todos los días la mirada de las personas a quienes asistimos, los fuertes apretones de manos de los socios con quienes trabajamos y sus "gracias por ayudar a mi país, a mis hermanos y hermanas".
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