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Al enfrentarse a una emergencia o lidiar con la inseguridad alimentaria estructural, la información puede salvar vidas.

¿Quiénes son las personas con inseguridad alimentarias o vulnerables? ¿Cuántas hay? ¿Dónde viven? ¿Por qué sufren inseguridad alimentaria o son vulnerables? ¿Cómo es probable que evolucione su situación y cuáles son los riesgos que las amenazan? Una red única con más 150 analistas de todo el mundo busca ofrecer respuestas a estas preguntas clave, para orientar al trabajo de análisis sobre seguridad alimentaria del Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés), conocido comúnmente como Mapeo y evaluación de vulnerabilidad (VAM, por sus siglas en inglés).

Mediante el control y análisis de la seguridad alimentaria, el WFP ofrece información accionable sobre seguridad alimentaria para cada país en el cual trabaja. Al combinar métodos tradicionales de evaluación con tecnologías avanzadas y emergentes, el WFP puede identificar a las poblaciones con inseguridad alimentaria en todo el mundo, y establecer las causas centrales de esta inseguridad.

El WFP trabaja de cerca con los gobiernos nacionales, los asociados en la ONU y las ONG para obtener información para las políticas y los programas adoptados para luchar contra el hambre en diversas circunstancias. Se analizan los datos sobre vulnerabilidad geoespacial y en viviendas para dar una mirada sobre la situación de seguridad alimentaria sobre la cual basar el diseño de las operaciones del WFP.

Los analistas sobre seguridad alimentaria hacen una amplia variedad de evaluaciones cara a cara, incluyendo evaluaciones "base" (también conocidas como Análisis comprensivos sobre seguridad alimentaria y vulnerabilidad, o CFSVA por sus siglas en inglés) y evaluaciones sobre seguridad alimentaria frente a emergencias (EFSA, por sus siglas en inglés) en emergencias de aparición rápida y lenta, como huracanes, sequías y situaciones de conflicto. Los reportes EFSA nos dan una idea sobre la situación de seguridad alimentaria que se actualiza regularmente.

Debido a que las evaluaciones sobre seguridad alimentaria llevan tiempo, las complementa un control continuo que registra los cambios en la situación de seguridad alimentaria de las personas, lo que permite hacer ajustes programáticos. Esto incluye obtener información sobre el consumo de alimentos, los ingresos de los hogares, las estrategias para resistir a tiempos difíciles y los precios para identificar cómo afectan las estaciones a la seguridad alimentaria.

Para obtener datos sobre seguridad alimentaria de lugares que sean demasiado remotos o peligrosos como para realizar evaluaciones cara a cara, o cuando se necesiten datos con mucha frecuencia para poder controlar una situación que evoluciona, el WFP utiliza el Mapeo y evaluación de vulnerabilidad móvil o mVAM, por sus siglas en inglés. Este enfoque utiliza tecnologías móviles como los mensajes de texto, la Respuesta interactiva por voz (IVR, por sus siglas en inglés) o las llamadas en vivo para llegar a las poblaciones vulnerables y registrar las tendencias sobre seguridad alimentaria en tiempo real. El mVAM también utiliza un sistema de comunicación automatizado de dos vías que les da a las personas acceso a la información más reciente de forma gratuita.

El WFP también lleva a cabo evaluaciones sobre seguridad alimentaria en conjunto con sus asociados, como los gobiernos, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (UNHCR, por sus siglas en inglés), UNICEF y ONG internacionales y nacionales. Una plataforma importante en la cual se utilizan nuestros datos sobre seguridad alimentaria es en la Fase integrada de clasificación (IPC, por sus siglas en inglés), una multiagencia global e iniciativa multisectorial que desarrolla consenso técnico entre los asociados.